Hemos insistido
Debido al relativo fracaso y pequeña decepción recibida el pasado viernes, nos hemos vuelto a dejar caer hoy lunes por el CEI Colorines, más que nada para demostrarnos que la idea primitiva era buena. Y así ha sido.
A lo mejor ha contribuido el excesivo calor (hoy el aire era plomo fundido) o el que fuera lunes, pero el hecho es que los hemos enganchado a un juego tan trivial como el sube y baja por el tablero de las cien casillas. Eso sí, nos hemos dejado de inventos y les hemos llevado un único dado (también con tiradados, para evitar lo ya explicado en el post anterior).
Se sentaron ocho futuros frikijugones a la mesa, pero dos hermanos mellizos apenas sí avanzaron por el zigzagueante entramado de cuadrículas porque les vinieron a buscar sus padres. Así pues, quedaron seis valientes que se disputaron el honor de alcanzar en primera posición la ansiada casilla 100. No pudimos asistir al final de la carrera porque nuestras obligaciones laborales nos requerían con insistencia, pero os dejamos una foto para inmortalizar nuestro parcial éxito de hoy.
Cuando nos íbamos se nos ocurrió animar a la directora del CEI Colorines a que tras la partida cada niño personalizara su tapón (ficha) con una foto extraída de una revista, a la antigua usanza, como cuando jugábamos a iturris en el patio del colegio (aquí les llaman sosamente chapas… donde esté la fuerza emotiva de esos iturris…).
Atentos a las tiradas, y es que este juego requiere la atención del niño
para no caminar en dirección contraria y retroceder puestos