Los juegos de mesa y la educación

Sabido es que hemos colocado al instituto El Sueve de nuestra pequeña comunidad como pionero en España en utilizar los juegos de rol en el aula como herramienta educativa a través de la Programación General Anual, contando con un presupuesto propio para sendas actuaciones por trimestre (sabido es en todo el mundo civilizado salvo en nuestra pequeña comunidad).

Desde la génesis de nuestra asociación tuvimos claro el potencial educativo de los juegos de mesa, no sólo el rol. Algunos más que otros, por supuesto; se trata de elegir y hacerlo bien.

Hoy nos llega la noticia a través de El Periódico de que la OMS desaconseja aquella práctica que algunos profesores anclados en sistemas caducos, rancios y carpetovetónicos han convertido en habitual: inundar a nuestros hijos de deberes cada día y cada fin de semana.

 ¡Estudia, leche! Resumamos: los deberes son fuente de estrés para el alumnado. Cualquiera que rememore sus años de estudiante recordará los agobios que suponía llevar la tarea hecha (siempre que no fuera un descarado y pasara de hacerla). Que sigamos vivitos y coleando tras sufrir un estrés del que hace medio siglo se desconocía incluso la palabreja en los mentideros pedagógicos españoles no quiere decir que cualquier tiempo pasado fuera mejor.

Imaginemos, pues, un mundo ideal donde a los niños no les lastraran con los deberes que les impiden disfrutar de su merecido tiempo libre —que como niños, deben disponer de más tiempo libre que los adultos—. Los padres llevarían a sus hijos a actividades culturales: guitarra y solfeo; pintura y dibujo; francés y otras manualidades; a practicar deportes con monitores mercenarios que ni siquiera tendrán hijos en su misérrima vida; y les dejarían jugar a videojuegos que —haberlos haylos— pueden entretener, informar y educar, objetivos que fueron de la televisión cuando ésta valía la pena.

En ese mundo ideal tendrían cabida los juegos de mesa, que por los motivos ya conocidos no cuentan con una industria tan agresiva como las de deportes y videojuegos.

Un mundo ideal… restringido a quijotes. Pero si algo ha de cambiar en los modelos educativos será un error pasar sobre los juegos de mesa sin pararse a pensar qué pueden aportar a la construcción del pensamiento de nuestros hijos.

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