Xiangqi y Magic

Hoy sábado 31 de octubre, día de Halloween, hemos cometido la torpeza de organizar una quedada para los críos a los que regalamos un xiangqi completo (además de las reglas del banqi) al concluir el proyecto escolar Una vuelta al mundo en 6 juegos.

Vuelvo y repito: una imperdonable torpeza. Sólo acudieron 8 cuando de los 25 invitados nos habían asegurado su presencia alrededor de 15; pero es lo único que podía ocurrir (y que nosotros no supimos prever) puesto que sus amigos andaban correteando por las calles del pueblo pidiendo caramelos en cada puerta.

Les habíamos prometido regalarles una baraja de inicio de Magic tras jugar dos o tres partidas de ajedrez chino y enseñarles este otro (para ellos) nuevo juego. La formalidad les duró hasta que un grupito de niños irrumpió en el establecimiento hostelero donde nos habíamos reunido (cuyo comedor tiene una amplia cristalera que da a pie de calle) para proponerles que se sumaran a ellos.

Fueron dos partidas en las que constatamos que los elefantes, sin excepción, acababan indefectiblemente donde no debían. Y poco más pudimos explicarles: ansiaban las barajas de Magic de regalo más por tenerlas que por el hecho de jugar a algo nuevo (el juego hoy estaba en las calles del pueblo y ellos no estaban participando de él).

Os dejo con un par de fotos obtenidas durante la primera partida de xiangqi.

 Xiangqi y Halloween
Xiangqi y Halloween

 Halloween y xiangqi
Halloween y xiangqi

Logramos que atendieran a la explicación sobre cómo se lee una carta, pero entonces alguien subió el volumen del televisor en el que se estaba retransmitiendo un partido del estúpido fútbol profesional y el público que estaba en la barra elevó su tono de voz en igual proporción.

El resultado fue una behetría de voces hasta llegar al punto de que no poder oír la mía. A la sensación de incomodidad se sumó la frustración por no poder llevar adelante el objetivo marcado, pues en ese momento a los críos se les acabó la paciencia. A duras penas atendieron a la somera explicación de las zonas de juego y mucho menos al desarrollo del turno.

Pero tras la decepcionante experiencia he vuelto a constatar una vieja lección: cuando se pretende dar una cátedra sobre las reglas de un juego lo más normal es que los críos se enteren de muy poco mientras te miran con cara de hastío. Quizá sea el hábito de no escuchar activamente en clase y quizá también por lo distante que queda todo aquello que se explica al aire.

Y fueron desfilando todos salvo uno, que quiso ver cómo se desarrollaba una partida.

Y volvió a ocurrir lo que tenía que ocurrir. Ya más tranquilos (cuando marcharon los guajes alguien bajó el volumen del televisor, o esa sensación tuve) tras los primeros turnos de tanteo explicados paso a paso, le propuse a Diego quevcontinuara jugando, comandando mi mazo rojo de inicio contra Manolo, que pilotaba el blanco. Le asistimos en sus decisiones explicándole las posibilidades que se le abrían ante cada jugada y él fue tomando las mejores decisiones al punto de ganar la partida. Quiso jugar otra partida pero con el mazo blanco y tras los dos primeros turnos reclamaron a Manolo en el trabajo, por lo que me puse al frente de la baraja roja de nuevo. Una criatura voladora 2/1, para las rojas de todo punto imbloqueable según estaba la mesa dispuesta, me fue limando 16 de los 20 puntos. Para cuando pude bajar mi Dragón Shivano (Manolo me había dejado una mano con una tierra y otra en el campo de batalla y parecía que no hubiera más en el mazo) Diego me lo controló girándolo al comienzo de cada una de mis fases de combate con el Centinela de la guardia eterna, por lo que el poderoso dragón pasó a ser un bonito e inofensivo bichito decorativo: ni le dejaban atacar ni podía defender.

Feliz y contento de haber ganado dos partidas consecutivas, Diego marchó siendo propietario de un mazo rojo no sin antes asegurarnos que mañana domingo iba a buscar a los amigos que habían huído atropelladamente rumbo a Halloween para enseñarles a jugar.

La lectura que hacemos es que no todo está perdido. Con sólo uno que ha probado el lado oscuro el número de nuevos jugadores irá creciendo aritméticamente al principio para pasar a hacerlo geométricamente después.

Antes de la desbandada general les hemos propuesto convocarlos dentro de quince días (y será en el tranquilo lugar de costumbre, el salón social del Hotel Los Acebos) porque dentro de ocho días hay una feria que involucra a todo el pueblo y ya no tenemos edad para tropezar dos veces en el mismo token.