Un día con mosca

Habíamos quedado en lo de Pichu, el Centro Social de Coviella, para jugar al tablut. Y algo pasó que jugar jugamos, pero no estaba el aire para muchas musas.

O bien la estrella gallega estaba especialmente rubia y nos mareó la neurona o es que hacía un sol de carallo o ambas cosas a la vez aunque no en el mismo grado necesariamente. O tal vez es que no era jueves para los juegos de los jueves.

Sea como fuere, jugar jugamos al tablut, pero llegó un momento en que entre turno y turno nos quedábamos sopas. ¿Has jugado?, nos preguntábamos mutuamente.

¡Ah!, ahora que recuerdo… al lado estaban aserrando y barnizando. Lo mismo el polvillo del aglomerado y los vapores del barniz se nos metieron por la nariz y nos jugaron una mala pasada. Aunque la cerveza estaba fresca de veras, y nada más pudo haber entrado por nuestras fosas nasales aunque alguien turbio apareció por el lugar.

Bueno, antes de decidir dar por terminada la sesión, me dio tiempo a sacar una foto. ¡Pero jugamos al tablut! Y echamos varias partidas.

 el rey sueco (tapón Mistol) está casi sentenciado por los moscovitas (tapones rojos) cuando su guardia pretoriana (tapones azules) está capitidisminuida de forma alarmante
El rey sueco (tapón lavavajillas) está casi sentenciado por los moscovitas (tapones rojos) cuando su guardia pretoriana (tapones azules) está capitidisminuida de forma alarmante