Crónica de una quedada atípica

Ayer nos dimos cita en el lugar de costumbre para jugar de nuevo al ajedrez. Hay que reconocer que no era un buen día; con las fiestas patronales del pueblo, con el buen tiempo que va llegando poco a poco, y con él otras ofertas lúdicas fuera de nuestra comarca, lo raro es que pasáramos de la media docena. Además, de los asiduos aparecimos sólo tres. Los otros cuatro, con los que compartimos mesa y tableros —Ramón, Vassile, Aitor y Diana— quizá marcharon un tanto defraudados por la escasez de rivales. Vassile arrasó con su juego incisivo (a mí me ganó la primera y le estrellé el rey para ganar un ahogado con todo perdido) y sí que se fue con ganas de jugar más.

Eric, Rubén y yo hicimos lo que pudimos. Eric desapareció casi a la francesa. Aitor quería haber jugado al pasapiezas, pero Ramón no había venido para eso y a Vassile estas mojigangas no le van.

Y luego nunca hubo oportunidad (por estar algunas partidas empezadas y por no dejar fuera de lugar a Ramón) de sentarnos Rubén, Aitor, Diana y yo en un enfrentamiento de duetos.

Juegué dos partidas con Ramón y no estuve fino, aunque en una de ellas creo recordar que le costó ganarme más que en la otra. Dejando aparte el hecho de que juega mejor que yo, me presentó un juego posicional para el que no tenía yo el día. Cuestión de ritmos. Y sí que he quedado con ganas de al menos disputarle una con calma.

Rubén sí que se invistió de toda esa calma y disputó con él una de esas partidas laaargas, eteeernas, que tanto le gustan. Acabaron en tablas tras errores, despistes o tal vez concesiones del propio Rubén. El final era de peón contra torre y Rubén ofreció tablas cuando podía haber desalojado al rey rival de las inmediaciones de su peón. Bien está lo que bien acaba, sobre todo si ambas partes lo acuerdan.

Como dentro de quince días es el torneo de pasapiezas para el que contamos con al menos seis parejas (el máximo está fijado en 8 equipos), vamos a ver si para el próximo domingo 31 por la tarde podemos quedar sólo para jugar pasapiezas (el sábado 30 estaremos en el Día del Orgullo Friki en Avilés). Tras el torneo nos tomaremos un merecido descanso para seguir planificando y recuperar fuerzas.

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