KDD dominguera: Risk

Hoy domingo hemos quedado para jugar al Risk, el juego de la conquista mundial, en el salón social del Hotel Los Acebos. Sí, nos ha dado por juegos un tanto trasnochados, pero hay que reconocer que este Risk está envejeciendo bien porque sigue atrayendo a nuevos jugones.

Nos juntamos seis entusiastas pero el Risk que tenemos es para cuatro jugadores, así que José Ramón y yo nos dedicamos a jugar al xiangqi, al Stratego y a Un imperio en 8 minutos mientras en la mesa de al lado se lanzaban unos encima de otros en una versión del más básico highlander; así, a lo bestia, sin objetivos.

Tres de los riskeros eran neófitos, los dos Alejandro y Sergio, y ganó este último con un dominio cuasi absoluto. Koldo mantuvo el tipo pero al final, en un mano a mano, tuvo que claudicar porque Sergio logró romper el equilibrio de tal modo que a vista de todos parecía misión imposible darle la vuelta, aunque los dados son caprichosos, como ya sabemos. Además era ya la hora de comer y los estómagos pedían lo que les corresponde.

Una divertida mañana de domingo en la que Fernando en otro lugar (y quizá hasta en otra época) aprovechó para quedar con su grupo de rol y comenzar una campaña de Rolemaster comandados por Javi que estaba asistido además de Fer por Charlie y Dan. Mataron algunos seres incómodos para la salubridad pública y comenzaron un deambular por estepas frías y nevadas. Pero poco más hemos sabido aparte de una pifia del propio Fernando, metido en tareas propias Raistlin, que queriendo volar a un alero se pegó un piño que le tuvo incapacitado durante cinco turnos. Y lo más sangrante es que fue pura chulería, cuando ya la escaramuza estaba controlada. Muy benigno fue el máster que no le dejó sin dientes para el resto de la partida.

Y es que cuando ocurren estas pifias (como si a Carlos Sainz no se le pudiera calar nunca el coche en la Castellana), es divertido —para todos salvo para el que afectado, claro— que queden recuerdos de ellas durante sus buenas jornadas de campaña. Aunque suponemos que cualquier hechicero que se precie puede procurarse una tercera dentición con algo de calcio, hubiera estado bien que no se le entendiera lo que decía durante un mes de campaña. Sólo de pensarlo ya me parto el naipe.