«Encuentro la televisión muy educativa.
Cada vez que alguien la enciende,
me retiro a otra habitación y leo un libro»
(Groucho Marx)

En la sociedad actual, donde las imágenes se nos sirven enlatadas y listas para consumir, algunos tenemos la sensación de que los valores de la lectura comienzan a resentirse: películas y series, dibujos animados y videojuegos, Internet y televisión. Nuestros jóvenes conocen muchas de las grandes lecturas universales por las imágenes que otros han creado para ellos.

Luego, en el instituto, la sociedad educativa le dice a un estudiante desmotivado hacia a la lectura que debe leer, y por todo antídoto le proporcionan una novela etiquetada de juvenil que no supone el suficiente estímulo para que el chaval y la chavala abandonen otros intereses que previamente nos hemos encargado de pintarles como excelsos.

En nuestra asociación hemos creado varias cajas de actividades ludificadas basadas en la lectura de cuentos para todas las edades con las que los estudiantes de ESO se animan a zambullirse en lecturas atractivas. ¿El truco…? ¡Salta a la vista!