Partidita de ajedrez en el cole
¡Qué chupi…! Ajedrez en el colegio… (De momento en Andalucía).
Ya dijimos en su día lo que nos parecía toda esta propuesta institucional.
Resumimos: la idea es buena, peeero… El ajedrez no es para todos y a todos no tiene por qué gustarles el ajedrez. Al alumno que no le guste el ajedrez se lo van a meter por los ojos. Existen otros juegos, educativos como el ajedrez, aunque reconocemos que el ajedrez es el juego-rey (y el go el rey de los juegos). Una buena gestión de la ludificación de las aulas pasa por ir introduciendo en las primeras edades otro tipo de juegos, quizá menos complejos, con menos variables en su árbol de toma de decisiones. Y al final del recorrido escolar, sí, al final (en 5º y 6º) ajedrez. Pero nos tememos que meter a calzador el ajedrez en las aulas acabará en rechazo, como ocurre con todo lo que debiendo proporcionar placer convertimos en obligatorio.
Por cierto, ludificar el aula no es jugar a juegos de mesa en el aula (como hizo quien ahora huye del incendio que ella misma ha creado); eso es convertir el aula en una sala de juegos. Ludificar el aula es utilizar las mecánicas y las dinámicas de los juegos de mesa para progresar en el temario. Y para ello hay que conocer y entender de juegos de mesa (no basta con llevar al aula los juegos que regalaste a tus hijas en navidades de los noventa). Parece ser que el amigo Leontxo sí lo tiene claro, a tenor de lo que leemos en su blog.
Pero seguimos creyendo que alguien se va a llenar los bolsillos a espuertas con todo este tejemaneje ajedrecístico escolar: arcidriches y trebejos, relojes, libros, vídeos… El vivo, que no tiene un pelo de tonto, no debe de sentarse muy lejos de toda la información que se nos ofrece.