Escribir nos diferencia como humanos
Escribir es una facultad exclusiva del hombre que le ha servido desde el principio para acercarse a los demás venciendo en su empeño, realidades adversas como el tiempo y el espacio. Nuestros antepasados ya fueron capaces de revelar sus conocimientos, sus inquietudes y sus sueños al universo asidos a imágenes primero y a signos después. Así hemos sabido tanto de los que nos precedieron y así habremos de seguir marcando nuestro avance.
Además, escribir es también una disciplina artística que ha cautivado a todos los pueblos. La literatura ha conseguido aderezar con mesura la vida, tanto de escritores como de lectores y hoy por hoy es unos de los instrumentos más validos para eliminar fronteras de todo tipo. El gusto por escribir, por inventar historias y provocar encuentros suele irrumpir coincidiendo con el despertar del individuo a la vida de adulto. Las preguntas e incertidumbres que desde siempre han espoleado a todas las civilizaciones se evidencian ineluctables en este periodo. Contar escribiendo es rebuscar con tino dentro de cada uno las palabras capaces de conectar voluntades, de casar pareceres, de retener instantes. Las historias que llegan a escribirse cuentan con vida propia, salen despedidas palabra a palabra y ya aquel que las concibió poco más puede hacer, más allá de admirar su fuerza y sentir su magia.
Vivimos una explosión sin precedentes de la escritura como forma por excelencia de comunicación. Los mundos digitales así lo están imponiendo, las redes sociales de todo tipo, los nuevos marcos laborales y la globalización hacen que escribir sea un ejercicio continuo que nos expone ante los otros de un modo incluso no consciente. La naturalidad con que escribimos en todos los ámbitos de nuestra existencia en este momento hace que perdamos conciencia de lo importante que es.
Tener cerca niños a diario nos evidencia carencias que nos han puesto en marcha una vez más. Y nos hemos enrolado con las ganas que ya conocéis para ofrecer a niños mayores de 12 años un curso de TÉCNICAS DE ESCRITURA. Sabemos que a esta edad ya han recibido las nociones imprescindibles para expresarse de forma escrita con cierta propiedad. La mayoría, también, se encuentra a las puertas de la adolescencia, momento eminentemente propicio para la introspección personal y el descubrimiento de otros espacios de reafirmación.