Continuamos con Magic

Crónica de una tarde magiquera:

Hoy hemos reunido a 8 entusiastas de Magic en el Hotel Los Acebos de Santianes del Terrón: Alejandro, Claudia, Diego, Ían, Inés, Jaime, Koldo, Marius, ordenados alfabéticamente. Lamentablemente hoy no hay fotos. Sencillamente… se me pasó, atareada como estuve yendo de una mesa a otra atendiendo las llamadas de los jugadores.

Les propusimos jugar con barajas bicolor. Habíamos preparado diez barajas (una por cada gremio), hechas todas con cartas comunes (el día que pillen una rara van a flipar).

Inés y Claudia jugaron una eterna partida de más de una hora… Ninguna se decidía a atacar. Debo deciros que en varios mazos había cartas con infectar y con debilitar y que se me olvidó llevar dados o monedas de 1¢ para marcar los contadores. También se me pasó llevarles lápiz y papel para que llevaran apuntadas las partidas. Sí, hace muuucho tiempo que no juego a Magic…

Así que se han visto obligados a utilizar la memoria. Claudia puso en juego una Urna dorada en el primer turno pero se le olvidó irla cargando en cada mantenimiento. Cuando se lo recordé ya llevaban seis o siete turnos y aceptó de buen grado comenzar a colocar sus contadores. Comoquiera que la partida se hizo eterna, engordó su Urna dorada de tal manera que a la postre fue lo que le salvó de la derrota. Había que ver la cara de Inés —que veía inflarse la Urna dorada a cada turno— cuando le expliqué que no podía hacer nada salvo destruirla para que no siguiera engordando, pero que aún así, en respuesta, Claudia la podía sacrificar e iba a ganar las vidas de cualquier forma.

Jaime se emparejó con Marius y jugaron una partida en la que en cada turno sólo atacaban con una criatura. Pero es que tampoco había posibilidad de desbordar la defensa porque siempre estuvieron parejos en el número de criaturas. Al final me parece recordar que ganó Jaime —al que ya notamos muy aficionado a conocer y utilizar las reglas— merced al intercambio constante de criaturas y al Iguanar siseante que bajó desde el turno 3 que dañaba las vidas de Marius cada vez que se iban las criaturas camino del cementerio, El próximo día le daremos a Jaime una baraja de control, a ver qué tal se desenvuelve con ella, visto que le gustan los intríngulis del Magic, esos combos, esos sacrificios en el turno del otro….

En la otra mesa (las mesas del hotel son para seis comensales) se alinearon Koldo (que lleva más de un año sin jugar después de haber jugado a Magic durante siete años casi como único juego), Ían y Alejandro, y se disputaron una pequeña melé que acabó ganando Koldo entre otras cosas porque no sabe jugar a dejarse ganar. La fiebre competitiva del Magic y sus 13 años (sí, comenzó a jugar a Magic a los 5 años y tiene carnet DCI —y torneos— desde los 6) no le permiten todavía jugar a enseñar y a dejarse hacer.

En esas llegó Diego y se puso con estos tres mayores y disputaron un Gigante de dos cabezas. Diego se juntó con Koldo y supongo que disfrutó de la victoria porque sé que Koldo volvió a imponer su conocimiento. Esta vez sí me dijo que les fue explicando jugadas, pero alega que si se deja ganar a los otros no les va a saber a nada la victoria y que mientras juega a tope (con cartas chustas, me ha recordado) sus rivales aprenden a utilizar los trucos que permite conocer bien la secuencia del turno, por ejemplo.

Al cabo de una hora se tuvo que marchar Diego y pasé a Jaime con los mayores; volvieron a jugar otro Gigante de dos cabezas, pero ya no sé cómo quedaron porque yo estuve jugando con Marius junto a Claudia e Inés que seguían a lo suyo.

No pude terminar de jugar con Marius porque comenzaron a montar el comedor, y aunque nos dijeron que no lo abrían hasta las 20:00, lo cierto es que empezaron a llegar los padres porque les dijimos que estaríamos hasta las 19:00. Así pues, hoy dos horitas de Magic que supieron a poco a la muchachada. Parece que el Magic les ha gustado y mucho. Marius, junto con Claudia, son los más pequeños y les cuesta un poco más seguir las posibilidades que se dan en cada jugada. El próximo día les cogeremos aparte para explicarles las jugadas y el árbol de posibilidades que se abren ante cada acción. Y pasaremos a Jaime con los mayores.

Nos faltaron otros ocho magiqueros: Aida y Aroa —a las que me fue imposible avisar al no tener teléfono de contacto— el otro Diego —que fue quien comenzó la revolución de Magic en el pueblo—, Félix y Rubén —que marchaban durante este puente festivo—, la otra Inés —que estaba de cumpleaños—, y Pablo y María —que también estaban invitados en otro cumple.

De nuevo mis disculpas por la ausencia de fotos de la jornada de hoy. Ni fotos, ni contadores ni papel para apuntar el tanteo. Y es que hay días en los que una anda a todo y se olvida de lo habitual.