Una vuelta al mundo con 6 juegos (día 5)
Hoy nos hemos llevado nuestra primera pequeña decepción, que no fracaso. Sólo 8 niños han acudido a la segunda jornada de konane. No hay excusas pero sí explicaciones.
Tal vez sea que nuestra propuesta comience a cansar; tal vez este trimestre no sea el más adecuado para juegos de mesa en el aula teniendo (y debiendo utilizar) todo el patio para salir a jugar al aire libre.
Además los de sexto se van la semana que viene de viaje de estudios, y el revolú, en cierta medida, se palpaba en el ambiente. Ha sido de esos días en que una educadora se topa con un espeso e invisible muro de desgana mezclado con la algazara infantil, lo que da como resultado que no sea un día apto para forzar la motivación y sí para dejar vía libre a la creatividad. Así las cosas, decidí no forzar la máquina y dejar que hicieran lo que propusieran.
Al ver que sólo había 8 jugadores vi la oportunidad para rescatar la idea del torneo (por eliminación directa con ronda de perdedores para no tener a ninguno parado —fácil con sólo 8 jugones y sólo media hora por delante—). Pero una vez terminada la primera ronda quisieron retarse entre sí, y según el cuadro de partidas no les correspondía jugar con quienes querían. Así que decidí que jugaran entre ellos… O mejor dicho entre ellas porque sólo hubo dos chicos (quizá vaya a ser éste un dato a tener en cuenta).
Faltaban unos cinco minutos para el fin del recreo cuando ya se habían cansado. Terminamos los juegos y repartí las hojas del siguiente juego, que hoy sí os lo voy a anticipar: el xiangqi. ¿Que cómo hemos hecho el xiangqi con tapones? Pues la próxima semana lo veréis, si es que no seguís otros artículos de este weblog.
Pero la semana que viene no habrá ningún estudiante de sexto en el colegio, por lo que he pensado que el lunes bien podría tratar de reclutar voluntades entre los de quinto que gusten del ajedrez. Veremos si me conceden la autorización en el colegio.
La próxima semana sabréis cómo nos ha ido. Hoy no hay fotos, que aunque me acordé de ellas, no estaba el horno para preparar esos bollos. Tuve que estar más atenta a los vaivenes del grupo que a la fidelidad para con esta bitácora.